La pluma de acero –la "pluma cucharita", de la cual habla con nostalgia Julio Cortázar--, comenzó a ser producida en serie en 1826, cuando un inventor llamado Masson diseñó una máquina muy ingeniosa. Hasta entonces, las plumas de ganso habían sido utilizadas durante mil años. Las plumas-cucharita tuvieron vigencia hasta la invención de la "pluma fuente". Se escribía con rasgos finos y gruesos, llamados "caligrafía inglesa". Se debia ir al colegio con un canuto para calzar las plumas y dos colores de tinta: roja y azul, con los consiguientes estragos que provocaba el tintero caído en los cuadernos y los mandiles blancos.
lunes, 31 de mayo de 2010
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